La evaluación me resulta lo más complicado de mi práctica educativa, pero está claro que es fundamental intentar que sea lo más justa y eficaz posible.Suelo hacer una evaluación inicial al comienzo de un bloque o de un tema, pero intento hacerlo a partir de una actividad de motivación inicial que despierte su curiosidad, y aprovechando la situación les planteo cuestiones para detectar niveles, carencias, errores, intereses...He intentado ampliar el abanico tanto en metodologías como en técnicas de evaluación. En algunos casos sigo utilizando las pruebas escritas, más en los alumnos de Bachillerato, pero también utilizo otras formas, sobre todo cuando trabajo por proyectos.
Si programar un proyecto requiere tiempo y trabajo, la recogida de información para intentar valorar de forma correcta es aún más complicado.
Trabajan en cooperativo y cada uno tiene su rol en el grupo, pero en cada sesión, hago una observación directa del progreso, del cooperativo, de los roles, de la participación, de si siguen el ritmo de las tareas según la temporalización… Todo ello forma parte de la evaluación del proyecto, pero la recogida de datos es continua.
Los alumnos tienen la tarea de completar un diario de aprendizaje y entregar un portfolio al final del proyecto.
La presentación del producto final suelen hacerla de forma oral ante sus compañeros y también explican el proceso, lo que más les ha costado, lo que más les ha gustado, lo que han conseguido al trabajar así...
Utilizo distintas rúbricas según el proyecto como herramienta de evaluación, ya que me resultan muy eficaces y cómodas. Los alumnos las tienen desde el inicio del proyecto y para ellos son de gran ayuda como guía a la hora de elaborar el producto o de trabajar.
Una vez finalizado el proyecto, realizan una coevaluación y autoevaluación, además de completar un boletín de cooperativo.
El feedback que recibo es positivo. Les gusta trabajar así. Les encanta rellenar sus boletines y expresar sus valoraciones, se sienten más partícipes del proceso. No es fácil, hay diferentes puntos de vista y deben llegar a un consenso.
En un plano más general, los alumnos valoran a todos sus profesores todos los años en una encuesta que rellenan de forma anónima. Una vez más sorprenden con su sinceridad y seriedad. Es una información muy valiosa, es verdaderamente un “punto de partida para mejorar”, así debemos verlo.
Rúbrica del Proyecto
Línea del tiempo
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Enlace
...Tras negociación y consenso con mis socios.
Los datos de las valoraciones no los hago públicos por temas de protección de datos (previa consulta con la AEPD), con la consiguiente pérdida de transparencia del proceso.
